Existen
momentos en la vida que la penumbra parece envolvernos en su tristeza, miradas
que se apagan, sonidos que nunca más regresan, pisadas que no se vuelven a
dar, pero siempre se abre alguna puerta
al final del camino que nos brinda una esperanza, es el caso de los centros que
existen en la provincia que le brindan alguna posibilidad de empleo o capacitación
a los discapacitados.
Para
los ciegos o personas de baja visión, por ejemplo la literatura no le está
negada, sus dedos son sus ojos en la Sala de Braille Pablo Beggiato de la
Biblioteca Provincial Elvira Cape. Allí se atienden no sólo a los asociados de
la ANCI (Asociación Nacional de Ciegos) sino también a los de la ANSOC
(Asociación Nacional de Sordos de Cuba) y ACLIFIM (Asociación Cubana de
Limitados Físicos Motores).
Allí
existen libros y publicaciones de las más diversas temáticas como diccionarios,
la Biblia, de matemáticas, de cocina, entre otros. Poseen otros accesorios para
acceder a al maravilloso mundo de los libros como los audio-libros.
En
el local se alfabetizan a los interesados en este sistema de lectura para esto
cuentan con medios de enseñanzas como regletas, componedores, máquinas Braille
y otros más. Se brindan servicios de
lectura con técnicas informáticas, escritura y transcripción de documentos
en Braille y en tinta y grabación sonora de documentos.
Llegan
a diario de cinco a 20 personas entre asociados, familiares de asociados, o
estudiantes de especialidades que deben aprender este sistema de lectura para
trabajar con discapacitados. Realizan talleres literarios para promover alguna
obra o incentivar a los que asisten a
escribir cuentos o poesías, ciclos de lecturas y encuentros con la historia donde
recuerdan cada mes algún acontecimiento de relevancia.
Para
Mauris Hernández, educador jubilado la Sala “ha sido un grato refugio donde me
he descubierto como escritor de cuentos y poesía. Asisto a los talleres
literarios y es un espacio donde el intercambio nos enriquece espiritualmente.”
Oídos que ven
La
sede de la ANCI en Santiago de Cuba posee siete computadoras donadas por
Hándicap Internacional con tecnología de avance, equipadas con los accesorios
necesarios y la instalación de un programa muy útil para personas ciegas y de
baja visión conocido como Jaws, que no es más que un lector de pantalla con
síntesis de voz el cual al permite al discapacitado visual desplazarse por
todas las áreas del escritorio y acceder a las aplicaciones instaladas solo con
el manejo del teclado.
Las
clases son dos veces por semana y dura seis meses en dependencia de la
asimilación de los estudiantes, se imparte el sistema Operativo Windows,
Microsof Word, Excel, Power Point y el Correo Electrónico.
Las
PC tienen la Enciclopedia Encarta y una biblioteca digital con
3 900
títulos de libros de la Literatura Universal.
Este
servicio es una herramienta importante para los que busquen trabajar, conocer
el manejo de esta tecnología puede abrir muchas puertas laboralmente.
Donde
se emplean
En
la provincia santiaguera hay cinco talleres pertenecientes a Industrias Locales
donde se emplean a discapacitados visuales, auditivos o motores.
Uno
de ellos está ubicado en la Avenida de Céspedes, donde hacen brochas, cepillos
para lavar, sobres de manila y para pagos. Al inicio se concibieron como una
escuela de tránsito para enseñar algunas manualidades pero al no encontrar,
muchos de ellos, otros empleos se quedaron en los talleres.
A
pesar que estos locales son una alternativa de empleo para los que están
imposibilitados de realizar otras tareas con su propia discapacidad no son
suficientes.
Fuese
una labor encomiable y humanista si otras empresas donde se realicen
manualidades incorporaran a estas personas que pueden ser útiles y les
brindaran la posibilidad de un sustento decoroso.
Muchas
puertas se pueden abrir en la oscuridad, en el silencio o en la inmovilidad. Es
importante la voluntad de crecerse ante las adversidades de la vida. El camino
es más difícil, los tropiezos frecuentes, los sueños pueden parecer
inalcanzables, pero siempre habrá un vestigio de esperanza del que podamos
asirnos.