lunes, 12 de diciembre de 2011

Aché para la Virgen de la Caridad


Existen muchas Caridad por las calles cubanas, es que muchos de los que poblamos estas tierras sentimos fe y devoción por la Virgen de la Caridad del Cobre. Es difícil no encontrar un altar de la Patrona de Cuba en los hogares de los cubanos dentro y fuera del país. Madre de Jesús, la María cubana, es la protectora de los niños, los pescadores, los presos, las madres veladoras por el bienestar de sus bebés.
Su santuario está ubicado en el Cobre, poblado santiaguero constituido por mineros que trabajaban en la zona.
Hacia 1540, la búsqueda desenfrenada de oro en la actual provincia de Santiago de Cuba llevó al hallazgo accidental de un yacimiento de cobre -el cual se explota hasta nuestros días- y que figura hoy como uno de los más antiguos del continente americano.
Sin embargo, la presencia de ese mineral -que dio origen a un poblado de igual nombre- no fue suficiente para elevar esa localidad a la categoría de sitio mundialmente reconocido, lo cual solo se logró con la ubicación allí de la Patrona de Cuba.
La Virgen de la Caridad, apellidada de El Cobre por tener su santuario en ese centro urbano, se colocó casi de inmediato entre las preferencias religiosas de los cubanos, al representar en el culto sincrético afrocubano a Ochún, símbolo de la femineidad, las aguas dulces y la alegría.
Varias leyendas sobre la aparición de la virgen -casi 400 años atrás- contribuyen al atractivo de esa figura entre creyentes, pobladores y visitantes en general, estos últimos procedentes en buena medida del creciente turismo que recibe el archipiélago de las más diversas regiones del mundo.
Empero, la más extendida y creíble asegura que fue encontrada por tres jóvenes (dos aborígenes y un esclavo negro) en medio de una tormenta en el mar, colocada sobre una tabla que flotaba y con una leyenda donde figuraba el nombre de Virgen de la Caridad.
Diversas ubicaciones tuvo en los años de su existencia, desde una ermita, la capilla del hospital, una parroquia y el actual santuario, edificado hacia 1927.
La vida del poblado, además de la limitada actividad minera, esta relacionada estrechamente con el culto a la Patrona de Cuba, coronada en enero de 1998 por Su Santidad el Papa Juan Pablo II, con un ambiente característico a un lugar destinado al peregrinaje.
Oraciones y susurros, que apenas violan el sagrado silencio del sitio, acompañan a los miles de visitantes que acuden bien a presentar su solicitud a la Virgen o a pagarle una promesa, e incluso por simple curiosidad.
El templo, con una arquitectura sobria, cuenta con una nave central dominada por hermosos vitrales alegóricos a la figura de la Virgen, todo ello complementado con un altar labrado en plata maciza y valiosos objetos ornamentales.
Llevándoles girasoles amarillos como a Ochún o rezándole Ave María, lo cierto que es  la Virgen de la Caridad del Cobre es aclamada por la mayoría de los cubanos.

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