viernes, 16 de diciembre de 2011

Nemesia, la flor carbonera, visita por primera vez a Santiago de Cuba




A medio siglo de la Elegía a los Zapaticos Blancos, poema de Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, Nemesia Rodríguez Montano, quien inspiró al poeta durante los días de la invasión por  Playa Girón, visita por primera vez  la ciudad santiaguera.
Después de un recorrido por los principales sitios históricos de la provincia como La Granjita Siboney, el museo 26 de Julio, el mausoleo del Segundo Frente, el Cementerio Santa Ifigenia, la Universidad de Oriente, entre otros, se reunió en el Memorial de Vilma Espín con federadas fundadoras y de la nueva generación.
Exhortó a los jóvenes  a mantener la obra edificada por tantos héroes, y puso el ejemplo de su terruño cenaguero, que antes era sólo carbón y mangle y las personas vivía en condiciones paupérrimas. Sin embargo, desde el 1 de Enero es un pueblo con escuelas, centros hospitalarios, y muchos otros logros sociales.
Nemesia, fue víctima de los bombardeos de la aviación mercenaria y  testigo del asesinato de su madre y la herida de otros familiares cuando eran evacuados hacia Jagüey Grande el 17 de abril de 1961.
Su vida, según ella misma recuerda se transformó por completo desde entonces. “Una niña como yo de trece años, que crecí rodeada del  amor de mi madre y mis abuelas, aquel golpe fue muy duro, me sentía desamparada.”
Celia Manduley, quien conocía a su madre, se la lleva para La Habana. Ella recuerda que lloraba mucho, desconsoladamente, y que a pesar de los mimos de Celia siempre quiso regresar con la esperanza de que al volver, su mamá estuviese esperándola.
“Yo soy una mujer de la Ciénaga de Zapata y ella está dentro de mí. Cuando llego a mi pueblo y veo el cartel que dice Soplillar siento que me oxigeno. Estoy orgullosa de donde nací, mi delirio es vivir en la Ciénaga.”
Aquella niña “que nació con los pies descalzos” es hoy una mujer comprometida con el proceso revolucionario, por eso asistió al Sexto Congreso de Partido representando a los humildes, a los de su tierra. “En esa ocasión me sucedió algo inesperado: Raúl Castro me pide que me siente al lado de Fidel y muy nerviosa accedí, de pronto el Comandante me mira los pies y me pregunta de forma jaranera ¿y todavía te gustan los zapatos blancos?”
Esta mujer con un pasado tan triste es una muestra de lo que Estados Unidos durante más de cincuenta años ha hecho por destruir la Revolución cubana, “Pero Nemesia no llora /sabe que los milicianos/rompieron a los traidores/que a su madre asesinaron. /Sabe que nada en el mundo/—ni yanquis ni mercenarios—/apagarán en nuestra Patria/este sol que está brillando, /para que todas las niñas/¡tengan zapaticos blancos!

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