lunes, 19 de diciembre de 2011

A TI MAESTRA

Qué lindas son las mañanas
Cuando despierto feliz
Para correr junto ati
Donde me espera con ganas de sonreír.
Yo voy con mucha alegría
A recibir tu cariño
Tú que  mimas a los niños
Y un cariñito les da
Y siempre una cosa linda
Tiene para enseñar cada día.
Tú que abres tu corazón
Y una sonrisa nos da lo mismo que hace mamá
Tú lo haces con pasión.
Yo te quiero seño linda
Te quiero porque me quieres
Y porque siempre tú tienes
Algo para darme a mí,
Una sonrisa, un consejo,
Un cariñito, un abrazo
Tú me haces muy feliz
Y yo muchas cosas buenas
También guardaré para ti.
 (Arailsa Marín Rodríguez)
Maestra preescolar

Tengo muy buenos recuerdos de mis maestros, incluso de aquella seño de preescolar que me enseñó los trazos de las vocales, la diferencia de azules del mar…

Con números, teorías y teoremas, letras convertidas en párrafos, luego composiciones y más tardes en cuartillas llegaron a mi vida y marcaron cada uno su impronta en mí.

Por eso a todos los que llenan cada día sus manos y ropas de tizas, a los que al atardecer su voz se vuelve ronca sin cansarse de explicar, los dotados de tanta paciencia para buscar nuevas maneras de decir hasta ser entendidos, a todos, felicidades por este día de los educadores.

A aquellos que caminan kilómetros subiendo empinadas lomas durante horas para enseñar al niño de una escuela rural, al que construye métodos didácticos con el ingenio que nace a partir de las carencias, al que deja sus preocupaciones en la puerta y se viste de dulzuras, no les basta un día para homenajearlos.
A los que con sus manos, de la arcilla en bruto, hacen brotar profesionales y técnicos, me quito el sombrero y como buen cubana, les deseo mucho aché.

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